Entrenar cuando estamos enfermos, ¿BUENO O MALO?

Para los amantes del ejercicio resulta difícil dejarlo aún cuando están enfermos, sin embargo, los especialistas no siempre recomiendan entrenar en estas condiciones, ¡veamos porqué!

En primer lugar debes considerar cómo te sientes, si estás dispuesta para salir a entrenar y además si es sólo una simple gripe o un resfriado más serio.

Lewis G. Maharam, experto en medicina deportiva, sugiere que si presentas fiebre, lo mejor es recostarte en la cama para recuperarte. Pero si crees que puedes lidiar sólo con la gripe, no habría problema en seguir con tus rutinas, pues de hecho, caminar ayuda a destapar las fosas nasales y a estimular la circulación para combatir esa sensación de debilidad.

Por su parte, Neil Schachter, director médico del Centro Médico Mount Sinai de Nueva York, también opina que depende de las molestias que presentemos. Si tenemos ojos llorosos, congestión nasal y muy poco dolor de garganta, entonces puedes ejercitarte aunque no de manera intensa. No obstante, si te duele el cuerpo, tienes tos, fiebre, diarrea y fatiga, no es recomendable entrenar, más bien debes guardar reposo unos siete días.

Eso sí, toma tus precauciones si decides hacer ejercicio:

  • Trata de hacerlo en un parque y no cerca de zonas con mucho tránsito.
  • Evita entrenar fuera si hay contaminación.
  • Lávate las manos antes y después de entrenar o lleva contigo un gel antibacterial para tenerlo cerca.
  • Lleva una toalla contigo para limpiar los aparatos que uses en el gimnasio, por ejemplo, los manillares de las caminadoras o bicicletas elípticas.
  • No hagas que tu cuerpo se esfuerce más de la cuenta, si de plano no te sientes motivada, espera unos días.
  • Hidrátate suficiente y de manera constante mientras te ejercitas.

Por último, los especialistas advierten que es necesario acudir al médico ante cualquier síntoma para que te evalúe y te indique el mejor tratamiento a seguir.

 

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