5 Razones por las que NO ESTÁS PERDIENDO GRASA ABDOMINAL
Ser fiel a tus entrenamientos no siempre es la clave para perder esa molesta grasa que se aloja en el vientre, hay otros factores que pueden impedir que te deshagas de ella. ¡Conoce cuáles son!
1. Sólo estás haciendo ejercicios de cardio
Por supuesto que subirte a la caminadora o máquina elíptica tiene sus beneficios, sobre todo para la salud del corazón, sin embargo, si lo que buscas es perder esas “llantitas” debes incluir ejercicios de resistencia a tus entrenamientos.
Según Tim Rich, entrenador personal, las rutinas con pesas queman 30 a 50 calorías más al día, por cada libra (453 g) de músculo a ganar, lo cual ayuda a quemar más grasa en todas partes, incluyendo el abdomen.
2. El inevitable paso del tiempo
Conforme envejecemos, el cuerpo podría necesitar menos calorías para realizar sus funciones básicas, por lo que la quema de grasa se vuelve más lenta. Además, en el caso de las mujeres, muchas suelen aumentar de peso en la menopausia por los cambios hormonales y se vuelve más difícil -pero no imposible- perder esos kilos extra.
3. Te excedes en los frutos secos
Las nueces, almendras y cacahuates son ejemplos de estos alimentos que son tan recomendados, y si bien son bastante saludables, un exceso puede impedir que disminuyas tu cintura porque son ricos en grasas (buenas) que en grandes cantidades pueden convertirse en calorías acumuladas.
4. Duermes poco
La falta de sueño no sólo afecta tu rendimiento, sino que también puede hacer que te crezca la barriga. Un estudio publicado en el American Journal of Epidemiology, concluyó que las mujeres que duermen 5 o menos horas al día tienen 32% más probabilidades de subir de peso.
5. Estás alimentando mal a tu intestino
Dentro de nuestra flora intestinal hay bacterias buenas y malas que debemos mantener equilibradas para que todo esté en orden. No obstante, cuando la balanza de nuestra dieta se inclina más a los carbohidratos refinados y grasas saturadas -como pan blanco y comida chatarra- que a la fibra, las bacterias malas empeoran el metabolismo y viene el aumento de peso y la retención de grasa.
Por eso es que se recomienda alimentar a las bacterias buenas con productos altos en fibra, tales como, frijoles, avena, frutas y verduras.