10 pasos para convertirte en TU PROPIO ENTRENADOR personal

En estos tiempos, tanta información acerca de fitness y ejercicio más que una ayuda se ha convertido en un problema. Es posible que ahora ejercitarte se haga más confuso de lo que realmente es. Pero, al mismo tiempo, es difícil saber lo que realmente funciona, lo que no se debe hacer y cómo entrenar.

Para algunos, puede ser más fácil simplemente contratar a un entrenador personal que se preocupe por todos esos detalles. Pero si quieres ir más allá y convertirte en tu propio entrenador, aquí conocerás 10 claves para lograrlo, y descubrirás que es más fácil de lo que pensabas:

1. Establece una meta

El poder de una meta no siempre está en llegar a ella sino en siempre tener en mente un objetivo a alcanzar. Establece metas medibles para que puedas determinar si fuiste o no exitoso. No olvides que deben ser objetivos alcanzables y lógicos, por ejemplo, llegar a 50 sentadillas o levantarte a las 6 am para ejercitarte.

2. Mantén la motivación

La motivación se deriva de tus metas y lo que buscas alcanzar. Si quieres perder grasa corporal, ganar músculo o mejorar tu rendimiento, es importante que entiendas por qué quieres hacer ese cambio. Una vez que hayas identificado el porqué, encuentra la forma de recordarlo a diario. Cuando quieras evitar el entrenamiento, el recordatorio del motivador te ayudará a llenarte de ganas nuevamente.

3. Crear tu propio programa de entrenamiento

Para la mayoría de las personas tres sesiones de entrenamiento de fuerza de cuerpo completo por semana es suficiente para obtener buenos resultados y una buena salud. Sin embargo, tú debes determinar lo que tu cuerpo necesita, y saber qué es lo mejor para ti, dependiendo de la zona y los beneficios que quieras obtener.

4. Diseña tus ejercicios

Tu entrenamientos debe estar equilibrado para que beneficie a todo el cuerpo. Para maximizar los beneficios, debes incluir ejercicios de cuerpo superior, ejercicios para  el cuerpo inferior y ejercicios básicos. Estudia bien qué ejercicios vas a aplicar y cómo se hacen exactamente cada uno de ellos.

5. Cambia constantemente

Si bien es importante ser estrictos cuando comenzamos un programa de entrenamientos, también es cierto que nuestro cuerpo se acostumbra fácilmente a las actividades a las que lo sometemos. Es por eso que debes estar en constante cambio de rutinas y ejercicios, para evitar estancamientos y que tu progreso sea el ideal.

6. Lleva un control

Toma nota de todo lo posible, los ejercicios que haces, el número de repeticiones que llevas y, por supuesto, del progreso que vas logrando conforme las semanas pasen. Tus métodos de registro te servirán para modificar los errores, determinar el aumento en la intensidad de tu entrenamiento y para conocer en general qué estás haciendo bien y mal y cómo corregirlo.

7. Nunca dejes de aprender

Aunque sientas que conoces perfectamente cómo entrenarte, recuerda que en el mundo del fitness y el ejercicio nunca se deja de aprender. Conoce más, investiga, pregunta y acércate a especialistas que conozcan de nuevas técnicas, ejercicios y estudios científicos que pueden ayudarte y que te permitirán siempre estar al día en este tema.

8. Aliméntate sanamente

Esta es una ley que te debe quedar bien clara: el ejercicio y la alimentación son complementarios. Tu cuerpo necesita los nutrientes necesarios para que el ejercicio se asimile adecuadamente, así que busca un buen programa alimenticio, de acuerdo a tus necesidades. No olvides siempre mantenerte hidratado.

9. Dale valor al descanso

Después de una intensa semana de entrenamientos tu cuerpo necesita recuperarse. No sólo la comida y la buena hidratación lograrán esto, también necesitas descansar y dormir. Por eso debes dedicar un día a la semana al descanso total sin hacer ningún entrenamiento, para que tu cuerpo tenga la posibilidad de recuperarse y no sufrir lesiones ni malestares.

10. La clave es la constancia

No olvides que lo más importante no es la intensidad con la que hagas tu entrenamiento sino la constancia de llevar un programa entero. La actitud de querer alcanzar algo hace que lo hagas conforme a los planes y no que trabajes duro algunas veces y otras lo abandones. En cualquier rubro, la constancia es la que, al final, te dará resultados consistentes.